DIA 26. CROACIA/ SERBIA Y FRONTERAS CASI DE MENTIRA.
Yo a las fronteras como la de Hungría con Croacia las considero
casi que de mentira. Las instalaciones de Hungría están con pocos
efectivos y los Croatas que custodian y vigilan la suya, son pocos más.
Al de la caseta de Hungría le hizo gracia la Cirila y desde su asiento
con una amplia sonrisa,,, very nice car¡!! Y con un good
luck,,,,!! Me devolvió el pasaporte sin más. El Croata de pistola,
chaleco antibalas y ametralladora en ristre y cara muy seria ni la
Cirila ni yo conseguimos arrancarle una sonrisa. No abrió la boca y todo
por gestos que me bajara del coche y abriera el portón de atrás. Así lo
hice. Se limitó a mirar por dentro y como quien levanta un mantel con
delicadeza, levantó la manta cubre-todo que llevo. Debió de ver tanto
cacharro que me mandó de seguido a la caseta final que era de control de
aduanas. En su uniforme no había armas. Me pide el pasaporte, casi que
ni lo mira pero no me lo devuelve.
.- España…..y con el pulgar señalando hacia abajo. Yo que ni sí, ni que no. Cara de circunstancias y a ver en qué acaba
.- Iniesta… y el pulgar hacia arriba
.- Aguirre, soy Aguirre, le digo señalándole mi pasaporte aún en sus manos.
Al instante se dio cuenta de que no le iba a seguir el juego con
los jugadores de fútbol de mi país.(me enteré mas tarde de que
efectivamente el tal Iniesta era un futbolista) Con desgana me da el
pasaporte a través de la ventanilla y me señala que continúe. En 50
metros ya estábamos en Croacia.
Fronteras casi de mentira después de lo visto
Los inventos de la necesidad...
Me había propuesto llegar a Osijek que es ciudad importante y a una
distancia como para fin de etapa. El día transcurre sin novedad, con
poco tráfico y carreteras aceptables. Enormes cosechadoras que ocupan
bastante más que el carril derecho, hacen esfuerzos para que los de
atrás podamos adelantarles.
Yo sabía que no estaban los Croatas muy puestos en esto de los
campings así que me procuré un hotelito con el desayuno incluido y la
Cirila aparcada debajo de la ventana de la habitación y a la vista de
sus cámaras de vigilancia que se apresuró a enseñarme, tanto en su
ubicación en la pared como pasando por dentro del mostrador de
recepción, en el monitor central.
Asi de cerquita duerme la Cirila de mi
Al poco y después de una refrescante ducha –siguen los días con una
fortísima ola de calor- bajo al bar. Se había formado una auténtica
algarabía de aficionados que ataviados con las camisetas a cuadros rojos
y blancos, se ventilaban sus cervezas; en diez minutos empezaba el
partido de Islandia contra ellos y el follón iba en aumento. Como sabía
que contra eso poco o nada podía hacer, me pedí una cerveza y me acomodé
entre ellos. De las poquísimas veces que he visto un partido por la
tele con sus espectacular hinchada, tan en directo.
Lo tomé como una
experiencia sociologica.Me dediqué a fijarme más en un público que
vibraba como si realmente estuviera donde yo acababa de estar hace unos
días, con sus bocinas, sus banderolas, sus colores… igual que si
estuviesen en el campo o en las calles del mismísimo Moscú antes del
partido. Cuatro pantallas, una de ellas de colosales dimensiones, hacian
que no se escapase detalle de cada patada, de cada pase, de cada falta,
de cada gol cantado por estos vecinos de Osijek. Ni que decir tiene que
Croacia ganó el partido.
Yo los había visto por la carretera y en la ciudad pero al día
siguiente eran muchos más los que adornaban sus coches con banderitas en
las ventanas y una especie de fundas con un cierre que forraba, por
cientos, los retrovisores de los coches. Pura pasión por los cuadros
rojos y blancos después de ganarles a los Islandeses por 1-2.
La hinchada futbolera Croata,,, tremenda !!!