lunes, 11 de febrero de 2019

36 DIA . LA LLEGADA AL FIN




Madrugué bastante. Aún a pesar de apagar la luz más allá de las dos de la madrugada. Durante la tarde-noche había hablado con unos y otros comentando mi llegada. A la almiranta la primera pero también a mis muchos amigos que fueron siguiendo el día a día del viaje. No eran nervios ni inquietudes lo que me hizo alargar la lectura y el repaso de mis notas.Siempre dormí como un tronco y siempre fui noctívago.  Pero el terreno conocido, el buen día y la proximidad de la mar acompañándome por la banda de estribor durante muchos tramos jugando al escondite conmigo, hizo que un poco si me desvelara.Un escondite que tiene el Cantábrico perdido desde que comienza el juego; siempre sé donde está.
Este 6 de Julio es sábado. Un soleado sábado, Me llama mi mujer y me pide posición y también que me apure un poco, que le pida a la Cirila un último esfuerzo, un sprint final… para llegar a comer a Gijón en un merendero de los de bancos de madera y mesas de piedra. A la sombra de algún ablanu y con la compañía de una buena sidra. Fue en la Providencia por mas señas y con muchos amigos que se habían sumado a la comida convocada por la Almiranta y antes de la foto finish del paseo por Europa en los jardines del náutico, al lado de la Escalerona.
Así fue y la Cirila y yo cumplimos. Llegamos a la sidrería en lo alto de la Provi. Yo conocía el sitio. Pensé que ella estaría dentro y con los coches en el prau donde se aparcan. No. Unos cientos de metros antes, en la carreterina, esperandome, ella estaba allí.
Tuvieron mis amigos el detalle y la delicadeza de dejarnos tiempo y espacio. En cuanto la vi paré la Cirila y sin aparcar, sin fijarme en nada más, salvo que no me cogiera un coche al salir, me bajé a abrazarla. Hacía 36 días que no le daba un beso.
Comimos, reímos y contamos…
Luego bajamos todos en una comitivas en conserva a plantar la Cirilator enfrente de la Escalerona de donde había salido hacia más de un mes y después de más de 15.000 km.


                                                                                                                                       FANS INCONDICIONALES !!!
                       









   POR FIN MI GIJÓN DEL ALMA . SE CIERRA EL CIRCULO.SE ACABA LA VUELTINA POR EUROPA






DÍA 35 .  YA APARECE LA MAR

No me molesta en absoluto la claridad de las habitaciones de los hoteles. Más bien al contrario me gusta que la claridad, el día, con la “méteo” que toque, se asome a las distintas ventanas donde despierte ,con su propia luz. En este caso y bien temprano el despertar vino por dos sentidos: la vista y el oído. Día luminoso y soleado desde casi la amanecida, con un cielo azul y límpido que presagiaba un día tórrido. Y el oído regalado por los mismos gorriones que me despidieron al anochecer. Revoltosos como son, se alternaban en su intercambio sonoro de intenciones. Tal parecía que se daban los buenos días entre ellos y todos con su piar dándome los buenos días a mi.
Con todo listo me fui al parking del hotel donde descansaba la Cirila. No fue hasta el momento en que iba a sentarme que me di cuenta. En el asiento – el único que lleva- relucía espléndido un marco para el foco de babor. Pensé en Helio lógicamente y su observación la tarde anterior. Y lo siguiente: con todo el coche cerrado… ¿cómo pudo abrir la puerta? ¡Que bueno sería para ladrón de coches! No ha dejado marca de ningún tipo. Vaya, como si lo hubiera abierto yo con mis llaves. Era muy temprano así que hice tiempo hasta media mañana para llamarle y agradecerle el detalle. De paso que me revelara el cómo y por donde había conseguido abrirlo, tan limpiamente. Se reía a carcajadas al otro lado del teléfono. Y sí que me desveló el secreto que no voy a reflejar aquí pero que es, para este tipo de coches, muy ingenioso. ¡Qué buen tipo Helio!
Enseguida buscando la mar cantábrica por terrenos que me son conocidos, con los que la memoria viaja al mismo tiempo en el que la vista acaricia aquel monte, aquel rió o el pueblo que se atraviesa y que le trae a uno otras historias, otros viajes y a veces diría incluso que otras vidas, a éste nómada.
Y llegó la mar. Ya estaba en casa. Pero la etapa seria muy larga para acabarla en mi Gijón del alma, así que empecé a buscar pernocta y acabé en un sitio que conocía a las afueras de Beranga, en Cantabria . De esa manera, pensaba yo, descansaría de este largo día desde Monzón y llegaría a medio día de mañana a mi Km 0 .

DÍA 34 . MÁS ESPAÑA Y NUEVOS AMIGOS




A la mañana siguiente Tito ya estaba en el mostrador como un cliente más con su café cortado. Abusando de él como fiador, le pregunté si podía desayunar antes de ir al banco
- No tienes que preocuparte. Si te pasa como a mí que hasta que no me tomo un par de cafés por la mañana, no soy paisano, lo entiendo. Y además que con que me pagues la habitación ya voy servido. Al resto estás invitado. Te espero aquí y en cuanto llegues te acompaño a la gasolinera.
Habíamos quedado en la charla de ayer que me acompañaría a una gasolinera a poco más de un kilómetro por detrás del hotel. Era el mas barato y si me quedaba tirado iríamos en su coche con la garrafa de respeto pues ya le había dicho que estaría a punto de quedarme seco.
En la sucursal de mi banco y con mi pasaporte – menos mal – no tuvieron ningun problema en darme dinero en efectivo . Lo primero que hice fue comprarme un pantalón corto y un cinturón, pues iba con las manos en los bolsillos tirando del vaquero hacia arriba y pasando calor para que no se me cayera. Ya en el hotel liquidé la habitación y con Tito a mi proa nos llegamos a la gasolinera. Fue un alivio poder decirle al chico – una de esas pocas gasolineras que quedan en las que sale un chico a atender el surtidor- lo de “lleno por favor”. El deposito del Dyane-6 según las especificaciones de su catálogo dice que tiene una capacidad de 25 litros. Pues bien, llevo 24,700 ltr. Es decir, quedaban dentro menos de los 330 cl que lleva una lata de cerveza !!! Qué buena es y qué bien se porta conmigo que es capaz de calcular hasta la última gota para no complicarme más este aciago fin de etapa .
Allí nos despedimos Tito y yo con la satisfacción del encuentro en tan dispar circunstancia de dos asturianos. Los dos deseando volver a casa.
Puse proa a Gerona. No había puente o vallado significativo donde no hubieran puesto los lazos amarillos, las pintadas, los grafittis y slogans en catalán de los independentistas. Y no es éste el lugar ni me toca aquí juzgar nada, pero si podré decir que en cuanto a la estética y el civismo, deja el asunto “amarillo” mucho que desear.
Pasado Gerona llamé a mi amigo Helio, de Monzón y tenía decidido que si estaba por el pueblo, haría la ruta alta para visitarlo. Y así fue. Estaba y me gestionó la pernocta en un hotel donde aloja a algunos de sus trabajadores y me arregló con el dueño un buen precio

                                                                          


 FIJAROS EN EL FOCO DE BABOR

Estaba en la terraza escribiendo mis notas cuando un vozarrón desde la esquina me pregunta algo así como….”Moscú queda muy lejos señor ….?” . Reímos y contamos entre los tres, pues venía acompañado de Yolanda, su mujer. Bellísima y aficionada también a los clásicos.
Nos hicimos las fotos de rigor con la Cirila, en el parking. Allí me preguntó por la moldura del foco de babor. Le comenté que se me habría quedado en algún lugar de las infames carreteras de Ucrania.
Los dos trabajaban temprano con lo que sabiendo que si cenábamos juntos se alargaría mucho la sobremesa, nos despedimos. No sin antes cerrar fechas para su visita a Asturias en el próximo año.
La habitación daba a un jardin pequeño y coqueto con algún parterre y un aligustre en el centro de generosa copa. Mientras leía y repasaba mis notas medio centenar de gorriones acudían a él dispuestos a pasar la noche. Me trajeron a la mente el recuerdo de los míos. Faltaba muy poco para asistir a la misma escena en el jardín de mi casa. No cabe duda. Ya estaba muy cerca.



DÍA 33   POR FIN ESPAÑA Y ASTURIANOS DONDE MENOS TE IMAGINAS




NO ERA MAL SITIO PARA DORMIR


El sitio escogido era bueno, llano y con un poco de la luz que metros mas allá desprendía el edificio principal de cafetería, snack y tienda. Arbolado, con unos columpios a poco más de veinte metros. Varios coches y un par de caravanas hacían lo mismo  que yo:pasar la noche. Los de los coches como buenamente podían con los asientos reclinados y algo que podría ser su saco de dormir, por encima. La noche era fresca y se oía algun mirlo a pesar de que ya oscurecía aprisa.
Recogí todas mis cosas y puse la Cirila en modo dormitorio. Estera abajo, el fino hinchable a modo de colchón y que resulta muy cómodo para los tres centímetros de grosor que tiene, almohada que me acompaña como fetiche de buenos sueños desde hace muchísimos años en cuanto camping, barco o cirila vaya. Y tal y como estaba con mi pantalón corto y camiseta, me eché el saco por encima y enseguida me dormí.
En ese tiempo que hay en el que uno repasa el día y prepara el siguiente, en ese tiempo de entresueños, oí pasar cerca y varias veces, un coche. Sus luces hacían que aún con los ojos cerrados, supiera que pasaban cerca.
- Bueno será el coche de seguridad del area de servicio, pensaba yo en esa duermevela pues una mirada rápida al reloj me decía que eran las 2 de la madrugada.
En ese momento me molestaba el pantalón, con su navaja y cinturón me lo quité. Lo deslicé hacia abajo y allí mismo lo dejé la altura del mueble cocina-fregadero.
Alguien tuvo que estar vigilándome. Alguien tuvo que estar atento, primero al sitio en el que llevaba mi cartera y después al momento oportuno para robarla. Eran las 3,30h de la madrugada cuando del más profundo sueño me despierta el tintineo de los dos tanques de aluminio que llevo colgados del mueble al chocar contra sí. Levanto ligeramente la cabeza y veo la silueta de una cabeza con visera y medio brazo dentro del coche casi tocandome las rodillas. Grito cuatro tacos gordos y altos… al tiempo en el que salto por la puerta derecha trasera descalzo en calzoncillos y camiseta corriendo detrás de él, que por su agilidad y rapidez debía de ser un chico joven. A menos de veinte metros con el motor en marcha y las luces apagadas, le esperaba un coche . El conductor tendría que ser muy grande pues su cabeza pegaba casi en el techo. Lo último que oí antes del fuerte derrape de sus ruedas traseras, fue un alé, alé !!!  del que corría como un loco delante de mí y vi como de un salto , la puerta trasera estaba abierta, se metía en el potente coche.
Con el corazón a cien volví a la cirila creyéndome que estos hijos de puta no habían conseguido su propósito. Que mi rápido proceder consiguió ahuyentarlos con las manos vacías. Enseguida me dí cuenta de que lo único que faltaba era mi pantalón corto…
No tuve la precaución de cerrarme por dentro. Nunca creí que lo necesitara. El tipo abrió el portón trasero y con todo el sigilo del mundo y la complicidad de mi sueño, actuó con pleno conocimiento.
Lo que yo creía que era un coche de seguridad seguro que serían estos bandidos comprobando si estaba ya lo suficientemente dormido. Seguro que me vieron también pagando en el surtidor y que mi cartera la metía en el bolso del pantalón. Observaron seguro mi maniobra al tener calor y quitarme los pantalones y sobre todo que no cerraba el coche. Así las cosas el asalto y robo les salió a estos cabrones muy bien. Menos mal que el pasaprte y el teléfono los había dejado en el salpicadero.
Desesperado, impotente, me fui hacia el edificio donde la tienda estaba abierta las 24 horas. No así la cafetería ni restaurante. Un displicente empleado me vino a decir en un francés que no entendía que police, police,,, que él no podía hacer nada. También que era habitual en esa zona de autovia. Tan habitual que hay gendarmerías dentro de ellas a cada tres o cuatro. En esta desgraciadamente, no.
Abandoné todo intento de que este hombre llamara por tlf., viera las camaras de video o en definitiva que pusiera algo de su parte, al menos un poco de consuelo ante lo sucedido. Nada. Igual que si le estuvieras contando que se te habían caído cincuenta céntimos en el area donde estabas aparcado y que los habías perdido. Reniegas en esos momentos de la especie humana. De personas que son capaces de actitudes así. De no sentir. Gentuza que tiene el corazón a prueba de todo tipo de emociones, de sensaciones y sentimientos. Qué pena de gente, qué pena!!


                                                                    ESPERANDO  DELANTE DE LA GENDARMERIE. NADA PUDIERON HACER                                      






Salí a las cuatro de la madrugada hacia la comisaria mas cercana pero al abandonarla en el siguiente peaje yo no tenía encima el valor de un duro, que se decía antes. Tarjetas, dinero,monedas, carnet de identidad, de conducir, etc. En fin todo lo que llevamos en una cartera. Asi que llamé por el interfono de ayuda. El  botón que tienen de emergencia en las cabinas y después de cinco minutos un hombre al otro lado que lo único que me dice es que solo habla francés y que 1,75 euros. Le explico como puedo que otro francés posiblemente fue el que me asaltó en el area de Canavern. No atendía a razones y repetía machaconamente, 1,75 euros “mesie”.El “mesie” salió de la cirila y con toda la rabia del mundo y sabiendo que me estarían viendo por la cámara de seguridad, empecé a empujar adelante y atrás, la barrera que tenía delante. Apunto estaba de romperse cuando una voz desde aquella cabina me decía stop, stop, “mesie” y que iba a abrir. Así fue y se levantó la barra blanca y roja.
A las cinco y media estaba delante de la comisaría de policia que me había indicado el tipo del area de servicio como la más cercana. Pero no abría hasta las ocho. Allí hice guardia medio adormilado mientras rumiaba mi desgracia. Puntuales y en un inglés que agradecí me explicaron que no me recogerían alli la denuncia, que tendría que volver a un area de servicio a unos kilometros de donde me robaron y poner allí la denuncia. No hacía falta entrar en la autovía con lo que no me preocupara por la falta de dinero. Efectivamente  no tenía ni un duro en mi poder como quedó dicho. Lógicamente me acordé de toda la familia del desaprensivo operador del snack hasta el punto de que creo que bien pudiera estar compinchado con los dos tipos del robo.
En las areas de servicio de Francia roban diariamente entre 10000 y 15000 litros de gas-oil. Los propios hacen guardia entre sus camiones y se organizan para ir a las duchas sin dejar de vigilar.
Añadía el gendarme que me tomaba nota de mi denuncia que el incremento era imparable y concretamente en la costa. Que toda franca esta “desole” con esa situacion.
A las 09,15h estaba en ruta lógicamente por la nacional. No tenía mas remedio que llegar a España para volver a tener dinero. Por supuesto con las pertinentes llamadas a los bancos y el aviso del robo de las tarjetas.
Sentí mucho el que esos cabrones se hubieran llevado la Chamaquita, una navaja mejicana con su bonita y repujada funda en cuero, regalo de Jose Tamamoana, navegante amigo por las costas alicantinas.
Imposible abstraerme durante el recorrido de lo sucedido esta madrugada así que fue un rodar y rodar hasta Perpiñán/La Junquera.
Yo veía que la aguja del aforador de gasolina ya no se movía. Hay un truco que utilizo para saber si va ya muy al límite, que es dar un pequeño meneo de volante. Esto hace que la poca gasolina que quede le llegue al nivel del aforador y éste se mueva; llevaba varios meneos en los que no se movía. Según mis cálculos iba a estar muy, muy justo para llegar. Los diez litros de la garrafa de respeto se los eché cuando literalmente la cirila se paró. Esos me salvaron.
Me recibieron los lazos amarillos por todos lados y la bandera española en la frontera . Un hostal de esos de 30 euros fue el primero en el que pregunté, pero no hubo forma de instalarse si no pagaba primero. Lo mismo pasó con el segundo. Estaba verdaderamente cansado. La noche en vela, el atraco.etc. Yo les ofrecía el dejarles las llaves de mi cirila, el pasaporte, hasta que a la mañana siguiente abriera el banco que estaba a menos de un kilómetro calle abajo, pero no atendían a razones: la pasta por delante. Al tercero la vencida. A la chica de la barra le comento mi odisea pero tampoco estaba por la labor.
-Por favor no me deje en la calle. Necesito una ducha y descansar. Podría hacerlo en la Cirila aparcada ahí mismo, pero estoy agotado, le decía .
Un hombre que tomaba su café como si fuera un cliente cualquiera estaba atento a la conversacion. En estos pequeños hostales y pensiones la barra de la cafetería y su personal hacen las veces de recepcion.
- Y dice que viene Vd en ese Dyane recorriendo Europa? Que le han robado en Canavern ? Me pregunta interrumpiendo su café
- Pues así es. Ya le digo a la señora que hasta mañana que vaya al banco no tengo dinero. Que desde que salí de Gijón… no me dejó acabar.
- Desde Gijon a Moscú ? No me jodas que eres de Gijon. Eres asturiano? Me pregunta.
Le contesto que sí efectivamente y que ya de vuelta necesito esperar a mañana para sacar dinero del banco y que menos mal que me puedo identificar con el pasaporte para que me lo den porque si no tendría que esperar uno o dos días a recibirlo por giro, wester union etc.
- Ni pasaporte ni hostias paisano. Yo soy de Avilés. Llevo aquí mas de treinta años  y mira tú por donde – y aquí saca su asturiano viejo- y tu tas invitau a lo que quieras. Quédeste aquí el tiempo que necesites y si no te dan perres en el bancu ya me lo enviarás cuando llegues a Gijón. Non hay problema ohj !!!
Pedí una caña y un pincho de tortilla y emocionado tuve que disimular un par de lágrimas de emoción. Nos dimos un abrazo. Me acompañó a una paupérrima habitación con un dimunuto baño pero más que suficiente para mi cansancio.
Renovado casi, bajé a las 10,30h pues había quedado con Tito a tomar “un cacharru” y contarle de mi aventura.
Este hombre que se instaló en la frontera en los buenos tiempos como me decía, está harto ya del giro que han dado las cosas, a peor. Está deseando dejarlo todo y volver a Avilés pero tiene a toda una familia de chinos que se ha ido trayendo desde que hace 20 años de La Junquera apareciera por la puerta de su antiguo bar una chinita pidiendo trabajo. El cocinero, marido de ella, la hermana y la madre de ésta y un par de ellos más trabajan ya en el hotel restaurante. Está totalmente desencantado . Por ellos me dice, no lo deja. Viudo desde hace varios años está totalmente desencantado de lo que es ahora y en lo que cambió este paso fronterizo.
Le agradecí las viandas, las bebidas y subí a mi pequeña habitación. Dormí como un bendito más de diez horas seguidas deseando estar ya en el banco. Sin dinero no hay gasolina y sin gasolina la Cirila no anda.
DÍA 32 .  SENSACIÓN DE ESTAR MUY CERCA DE CASA



La amanecida de la tercera noche en el bonito y acogedor pueblo de Tortona, fue espectacular. Un sol madrugador hacía que a las ocho de la mañana el termómetro se fuera animando. La Cirila gracias a la gestión con el dueño, buen amigo de Giribaldi, durmió dentro de su patio y con mi cable extensible recibiendo corriente para la nevera que ya era un horno después de estos días sin actividad.
Avanzamos por la campiña de este norte italiano como si no hubiera tenido avería. Con llanuras que nos hacía rodar a unos muy cómodos 90/100 km hora sin que hubiera por su parte ni por la mía, la más mínima queja. Qué delicia oír de nuevo el rugido de aquel motor bien sincronizado !!! Toda la Alessandria para nosotros bajo un sol de justicia.
Tenía pensado hacer ya poca parada para atravesar lo que me quedaba de Italia. Así que Génova tan conocida por mí con un puerto que me se de memoria, lo atravesé de un galopito, que decía mi tocayo Cafrune.
No me he acostumbrado nunca a las fronteras, por lo que ésta de Italia a Francia me fue muy placentera. Viniendo de todo el Este de Europa fue una sensacion de estar en casa. De no tener que explicar de donde vengo ni a donde voy. Libre comercio, libre circulación, libres todos es lo que deseamos. Es complicado lo sé. Pero también sé que puede resultar mucho más facil si de verdad  quisieran ponerse a ello. Abre la muralla amigo. Abre la muralla que diría Victor Manuel y Ana Belen.
Me bajo al puerto por puro sentimentalismo. Por el puro placer de rodar por sus calles, tinglados, muelles y malecones. Sin pararme siquiera pero empapándome de su trajín.
Savona,Santo Spirito, Imperia,San Remo… toda lo costa Italiana bordeada hasta llegar a una Niza que respiraba ya un verano de glamour, terrazas engalanadas y repletas de gente guapa. Enseguida un francés atravesando en el semáforo con una baguette debajo del brazo… vive la France !!!
Me resulta tan placentero el rodar que me pasé de una hora prudente, y para cuando empecé a buscar pernocta no había nada a mano. Así que me metí en la autovía con la intención de dormir en algun area de servicio próxima. Resultó ser la de Canavern, bastante al sur de Cannes, a donde llegaba ya con poca luz..  Nada mas llegar llené el deposito. Eso me salvaría mas adelante. Y ya diré porque. Como digo rendí el día en este área de servicio lleno de camiones y con mucho tránsito, de esas de duchas con monedas de 0,50 y camioneros entrando y saliendo de los servicios.
Me preparé mi cena ya casi de noche y me dispuse a dormir en mi minúscula MobilHome.