DIA 12 ,Martes .LITUANIA
Me tomo mi tiempo en este céntrico camping de Varsovia y no estoy
en orden de marcha hasta las diez. Después de haberme levantado a las
07,45 y haber arreglado uno y otro. Arreglo mi “habitación”, ventilo,
recojo la tienda, me ducho generosamente en unas instalaciones algo
viejas pero relación calidad/precio muy buenas. Compruebo el nivel de
aceite. Quiere un poco… consume algo pero nada que no se pueda remediar.
Desde Francia ha consumido menos de un litro. No es gran cosa pero deja
el motor perdido.
Por consejo de Sancho Green al que siempre mareo para estos
marecumbes, desinstalo el Sygic y lo vuelvo a instalar. Parece que sí
reconoce ahora algo más y me saca perfecto y hacia donde quiero de
Varsovia.
El tráfico de camiones, cientos, miles de camiones, continua. Y los
polacos en su dia a dia andan a toda leche. Los coches que veo son
buenos y modernos la mayoría. Alguna furgona vieja, pero en general, en
la ciudad al menos, un parque móvil moderno. Excepción hecha de unos
autobuses que ya me llamaron la atención ayer tarde durante el paseo.
Son los que diríamos de cercanías. De tránsito de pueblos de alrededor
uniendo con la ciudad. Pude comprobarlo más tarde ya en la carretera.
Viejos y destartalados pero dando servicio, pues se les ve con
pasajeros. Creo que en España no pasaría una ITV ni de coña.
El paisaje es mas llano a medida que gano norte. Larguísimas rectas
con cambios de rasante y carretera estrecha, sin arcén. Con los arboles
pegados a un metro de la carretera y señal muy explícita de peligro: un
coche de proa contra un árbol dándose el leñazo. Sencillo.
Extensos campos de cultivo de cereal por todos lados solo
interrumpidos por bosques muy a lo lejos. Manchas altas y frondosas de
un verde casi negro que contrasta con los verdes y ocres de los
cultivos. No hay rotondas.No hay construcciones estridentes ni colores
chillones en la pequeña carretera a excepción de cuando en cuando de las
banderolas y reclamos de las gasolineras. Hay muchas a ambos lados y no
pasan 50km sin que aparazca una. De todas maneras la chuleta con la
reserva la sigo utilizando. Lleno a tope y a los kilómetros que marque
el cuenta, le sumo 400. Lo apunto en mi chulets prendida de una pinza y a
la vista y sé que de esa cifra en el cuenta, no debo ya pasar. La vez
que más apure llené con 19,6 litros. Teniendo en cuenta los 25 que lleva
el deposito, iba justito…!!!
El tráfico sigue siendo muy intenso y muy peligroso dado lo
estrecho de la carretera. Los camiones se facilitan unos a otros el
adelantamiento. El que va a ser adelantado se echa a su derecha a un
arcen a veces inexistente. El otro adelanta con medio camión en el
carril contrario y el marecumbé está formado cuando el que viene de proa
no calculó bien o es otro camión que no tiene sitio material para
apartarse. He visto muchas de esas maniobras con una separación entre
camiones de menos de un palmo. Y muchas marcas de frenadas en el asfalto
que indican lo comprometido que tuvo que ser el adelantamiento. El
resto de los coches ya no digo la Cirila nos acojonamos ante estos
mastodontes, procuramos no molestar y que se choquen entre ellos, como
alguno he visto ya.
Camping en Marijampole. Lituania. Con pequeño lago y embarcadero
La dirección del camping de hoy la metió directamente en el
navegador el Lituano que me ayudo en una gasolinera. Fue muy buena la
cosa porque los dos nos reíamos de nuestro pésimo inglés en el que nos
estábamos entendiendo, pero nos entendíamos y a 20 km apareció – esta
vez el Sygic se portó bien- un camping maravilloso con pequeño lago
incluido. Su dueño,Tomás, se interesó por el “great trip” y la Cirila.
De los de wifi libre (de los que no suelo usar porque puede entrar de
todo y lo que es peor, salir) electricidad, agua caliente y unas
instalaciones magníficas. Los vecinos de Marijampole lo utilizan como
zona de esparcimiento y celebraciones al aire libre. Con niños jugando
al vóley y al baloncesto. De uno de esos grupos que comían –cenaban ya
para su horario- se acercaron dos tipos enormes, muy antiguos rusos
ellos. Me pidieron que si podían hacerse unas fotos con el coche etc.
Uno de ellos estuvo 3 años en España en la campaña de las fresas y
hablaba algo de español. El otro también en Francia y “poquito” en
España en labores agrícolas. Querían seguir la aventura y les di la
tarjeta. El apretón de manos con el que se despidieron y al que yo traté
de corresponder como pude, creo que me dislocó algún hueso. Eran
chavalones de entre 30 y 40 años.
Al poco una comitiva con los dos agroemigrantes, una mujer
guapísima y otro más, se acercaron sonrientes con un “presente para ti”;
una cerveza Lituana y un plato lleno, pero lleno de delicatesen frías.
Pollo con sésamo,rollitos de queso y hierbas, pepinillos en variadas
formas, rabanitos picantes, pan de higo, lonchas de embutido, pequeñas
longanizas, otro rollito con queso y mostaza y atado con cebollino y la
gran botella de cerveza… en fin que me sirvió de cena y también para
tomar las 11 en ruta al dia siguiente.
Las delicatensen de el comité de bienvenida a Lituania
Antes de que se marcharan pues
estaba claro que no iban a acampar, me acerqué al grupo y les regalé una
de las latas de fabes de Lorenzana que a su vez me había regalado Fran
Rivas en la despedida. No tenía otra cosa y creo que regalar lo regalado
en este caso lo merece. De fabes, y gracias a Fran y a su club de Clasicos Lorenzá, voy servido.
En cuanto cayó el sol la cosa cambió. Se nota ya la latitud a la
que estamos así que previsor y friolero yo, metí el radiador en la
tienda. Dormí como un tronco, calentito.
No puedo presumir de lector asiduo y cita diaria así que de vez en cuando me pego el atracón y me hago casi de una tirada la lectura desde Paris a Moscú.
ResponderEliminarY como nunca supe distinguir la envidia sana de la envidia cochina lo dejo en envidia a secas y en disfrutar a través de tus narraciones ese viaje que todos soñamos pero que solo alguien como tú lleva a cabo.
Seguiremos a la espera de nuevas entregas siguiéndote (in)fielmente a través del caralibru y de este blog para ir enterándonos de tus venturas (que sean muchas y profundas) y desventuras (que sean pocas y anecdotistas) a lo largo de todo el continente.