viernes, 22 de junio de 2018

DIA 12 .LITUANIA, VERDE ,VERDE MUY VERDE

DIA 12 ,Martes .LITUANIA
Me tomo mi tiempo en este céntrico camping de Varsovia y no estoy en orden de marcha hasta las diez. Después de haberme levantado a las 07,45 y haber arreglado uno y otro. Arreglo mi “habitación”, ventilo, recojo la tienda, me ducho generosamente en unas instalaciones algo viejas pero relación calidad/precio muy buenas. Compruebo el nivel de aceite. Quiere un poco… consume algo pero nada que no se pueda remediar. Desde Francia ha consumido menos de un litro. No es gran cosa pero deja el motor perdido.
Por consejo de Sancho Green al que siempre mareo para estos marecumbes, desinstalo el Sygic y lo vuelvo a instalar. Parece que sí reconoce ahora algo más y me saca perfecto y hacia donde quiero de Varsovia.
El tráfico de camiones, cientos, miles de camiones, continua. Y los polacos en su dia a dia andan a toda leche. Los coches que veo son buenos y modernos la mayoría. Alguna furgona vieja, pero en general, en la ciudad al menos, un parque móvil moderno. Excepción hecha de unos autobuses que ya me llamaron la atención ayer tarde durante el paseo. Son los que diríamos de cercanías. De tránsito de pueblos de alrededor uniendo con la ciudad. Pude comprobarlo más tarde ya en la carretera. Viejos y destartalados pero dando servicio, pues se les ve con pasajeros. Creo que en España no pasaría una ITV ni de coña.
El paisaje es mas llano a medida que gano norte. Larguísimas rectas con cambios de rasante y carretera estrecha, sin arcén. Con los arboles pegados a un metro de la carretera y señal muy explícita de peligro: un coche de proa contra un árbol dándose el leñazo. Sencillo.
Extensos campos de cultivo de cereal por todos lados solo interrumpidos por bosques muy a lo lejos. Manchas altas y frondosas de un verde casi negro que contrasta con los verdes y ocres de los cultivos. No hay rotondas.No hay construcciones estridentes ni colores chillones en la pequeña carretera a excepción de cuando en cuando de las banderolas y reclamos de las gasolineras. Hay muchas a ambos lados y no pasan 50km sin que aparazca una. De todas maneras la chuleta con la reserva la sigo utilizando. Lleno a tope y a los kilómetros que marque el cuenta, le sumo 400. Lo apunto en mi chulets prendida de una pinza y a la vista y sé que de esa cifra en el cuenta, no debo ya pasar. La vez que más apure llené con 19,6 litros. Teniendo en cuenta los 25 que lleva el deposito, iba justito…!!!
El tráfico sigue siendo muy intenso y muy peligroso dado lo estrecho de la carretera. Los camiones se facilitan unos a otros el adelantamiento. El que va a ser adelantado se echa a su derecha a un arcen a veces inexistente. El otro adelanta con medio camión en el carril contrario y el marecumbé está formado cuando el que viene de proa no calculó bien o es otro camión que no tiene sitio material para apartarse. He visto muchas de esas maniobras con una separación entre camiones de menos de un palmo. Y muchas marcas de frenadas en el asfalto que indican lo comprometido que tuvo que ser el adelantamiento. El resto de los coches ya no digo la Cirila nos acojonamos ante estos mastodontes, procuramos no molestar y que se choquen entre ellos, como alguno he visto ya.
                        Camping en Marijampole. Lituania. Con pequeño lago y embarcadero


La dirección del camping de hoy la metió directamente en el navegador el Lituano que me ayudo en una gasolinera. Fue muy buena la cosa porque los dos nos reíamos de nuestro pésimo inglés en el que nos estábamos entendiendo, pero nos entendíamos y a 20 km apareció – esta vez el Sygic se portó bien-  un camping maravilloso con pequeño lago incluido. Su dueño,Tomás, se interesó por el “great trip” y la Cirila. De los de wifi libre (de los que no suelo usar porque puede entrar de todo y lo que es peor, salir) electricidad, agua caliente y unas instalaciones magníficas. Los vecinos de Marijampole lo utilizan como zona de esparcimiento y celebraciones al aire libre. Con niños jugando al vóley y al baloncesto. De uno de esos grupos que comían –cenaban ya para su horario- se acercaron dos tipos enormes, muy antiguos rusos ellos. Me pidieron que si podían hacerse unas fotos con el coche etc. Uno de ellos estuvo 3 años en España en la campaña de las fresas y hablaba algo de español. El otro también en Francia y “poquito” en España en labores agrícolas. Querían seguir la aventura y les di la tarjeta. El apretón de manos con el que se despidieron y al que yo traté de corresponder como pude, creo que me dislocó algún hueso. Eran chavalones de entre 30 y 40 años.
Al poco una comitiva con los dos agroemigrantes, una mujer guapísima y otro más, se acercaron sonrientes con un “presente para ti”; una cerveza Lituana y un plato lleno, pero lleno de delicatesen frías. Pollo con sésamo,rollitos de queso y hierbas, pepinillos en variadas formas, rabanitos picantes, pan de higo, lonchas de embutido, pequeñas longanizas, otro rollito con queso y mostaza y atado con cebollino y la gran botella de cerveza… en fin que me sirvió de cena y también para tomar las 11 en ruta al dia siguiente. 
                              Las delicatensen de el comité de bienvenida a Lituania


Antes de que se marcharan pues estaba claro que no iban a acampar, me acerqué al grupo y les regalé una de las latas de fabes de Lorenzana que a su vez me había regalado Fran Rivas en la despedida. No tenía otra cosa y creo que regalar lo regalado en este caso lo merece. De fabes, y gracias a Fran y a su club de Clasicos Lorenzá, voy servido.
En cuanto cayó el sol la cosa cambió. Se nota ya la latitud a la que estamos así que previsor y friolero yo, metí el radiador en la tienda. Dormí como un tronco, calentito.

1 comentario:

  1. No puedo presumir de lector asiduo y cita diaria así que de vez en cuando me pego el atracón y me hago casi de una tirada la lectura desde Paris a Moscú.
    Y como nunca supe distinguir la envidia sana de la envidia cochina lo dejo en envidia a secas y en disfrutar a través de tus narraciones ese viaje que todos soñamos pero que solo alguien como tú lleva a cabo.
    Seguiremos a la espera de nuevas entregas siguiéndote (in)fielmente a través del caralibru y de este blog para ir enterándonos de tus venturas (que sean muchas y profundas) y desventuras (que sean pocas y anecdotistas) a lo largo de todo el continente.

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