lunes, 5 de noviembre de 2018

DIA 27 .ESLOVENIA ES TODO VERDE Y AMABILIDAD

DIA 27 .ESLOVENIA ES TODO VERDE Y AMABILIDAD

De todos estos días, en  todos estos   kilómetros, Eslovenia es el país que más me recordó a mi Asturias querida. Incluso mas allá del paisaje y el verde, con sus gentes amables con ganas de ayudar, de agradar. Gentes patinando y en bicicleta por los pueblecitos que atravesaba. No se han gastado un duro en rotondas ni quitamiedos. Ni grandes dispendios en la red de carreteras. No he probado mucho sus autovías, pero la carretera nacional suya vendría a ser una comarcal, y regular, de las nuestras. Algunos grupos de trabajadores se afanan a lo suyo rebacheando y otros con un pequeño tractor desbrozadora, limpiando los márgenes. Conducen con bastante prudencia y la señal de no más de setenta, es la habitual.
El Sygic me lleva a un rio y lago donde se suponía que había camping… y si que acertó, pero todo cerrado. Una pena porque en la orilla había patos, fochas y cisnes muy acostumbrados a los paseantes y ciclistas de la zona. Se me iba echando la tarde encima y en un par de hoteles de polígono donde les pregunté, no les quedaban habitaciones. Opté por salirme de la belleza de aquella “carreterina” en la que se prodigaban grandes esculturas con enormes troncos y meterme en la autovía para buscar un área de servicio de ésas en las que por 50 céntimos te puedes duchar, cafetería de maquina y demás. Seguía avanzando la tarde y no aparecía nada hasta que un gran cartel anunciaba en la siguiente salida un hotel. No lo dudé y salí. Como siempre tengo suerte, allí estaba mi habitación por un precio estupendo en un edificio de madera y cristal. No tenían más que a una familia rusa al completo, muy numerosa, con niños, abuelos y padres.





Fue una delicia sentarme en la terraza de la habitación a fumar una pipada y      escribir mis notas. Carboneros,gorriones, lavanderas, mirlos,herrerillos,petirrojos, andaban también a lo suyo por entre la foresta que
 bordeaba el rio a unos metros.
En esas estaba cuando un ligero toque en la puerta me saca de mis notas e interrumpe el canto de tanto pájaro a mi alrededor. Resultó ser el dueño del hotel. Acababa de llegar y preguntó en la recepción que atendía su hijo, por el dueño del simpático y pequeño coche (nice and small car) y la habitación que le habían dado.
.- Can I invite you to dinner ? Me dice aún aguantando yo la puerta.
Traté de rehusar lo más educadamente posible la invitación, pero fue imposible. Solo había un inconveniente; tendría que ser en 20 minutos pues el quería acompañarme y luego se le haría mas tarde (aún siguen cenando muy temprano en estas latitudes) Teníamos un inglés igual de malo, con lo que nos reíamos mucho de la grotesca traducción que hacía el hombre con la app de su móvil . Después de casi una hora de cena me despedí dándole mi tarjeta y ofreciéndole, como no podía ser de otra manera, mi casa en Asturias.
Para mi sorpresa y después del desayuno al día siguiente al pedir mi check out el camarero saca una nota del mostrador con la firma del tal Andrej con un simple: All O.K. It’s free for Spanish man.
Le debo mucha pastuqui a mi Cirilina. Soy consciente de que estos agasajos son por ella. Yo solo la conduzco.



La tranquilidad total después de una dura jornada

No hay comentarios:

Publicar un comentario