lunes, 5 de noviembre de 2018

DIA 28 .MARAVILLOSA ENTRADA EN ITALIA


DIA 28  .MARAVILLOSA ENTRADA EN ITALIA

.- A cuanto estaremos de la frontera? Le pregunto a un par de hombres que estaban al borde de la carretera.
En un casi italiano me indican señalando hacia delante que a muy pocos kilómetros. Y así fue. Una de esas fronteras que no lo son mas que en el protocolo. Un Stop, unas viejas instalaciones y poco más. Casi que no tuve que parar el coche. Eslovenia quedaba atrás tras enseñarle el pasaporte prácticamente que desde la ventanilla.
Una carretera serpentea rodeada de verdes y frondosos pinares. Hermanos de los que había dejado atrás. No cambió tampoco mucho el acondicionamiento del vial. Como vengo anotando, se gastan estos gobiernos el dinero en otra cosa. No hay muchos carteles y solo en las curvas muy pronunciadas ponen las barras laterales.
                                                      Hospitalidad Italiana en la ALBERGARIA
Vino, Jamón, Pan....  como regalo de bienvenida !!!
Me “presta” que decimos en Asturias, el leer en italiano. El que la publicidad de la furgona que llevo a la proa sea en ese idioma. Voy dejando por los caracteres cirílicos, las erres al revés y los nombres de lectura imposible y fonéticas impronunciables. Estoy en Italia. Entre esa cartelería esperaba algo que me resolviera la noche… hotelito, camping, área para caravanas. Pero no aparecía. Estaba atravesando La Riserva Naturale Della Val Rosandra. Espectacular. Ya fuera de esa reserva un cartel de Albergaria me ponía sobre aviso. Se desviaba un poco de mi dirección al día siguiente hacia Genova, pero no había muchas más opciones. Era alentador el cartel con su camita y su almohada. Había que tomar un desvío y decía que a 12 km. Así que tomé el desvío. Atravesé un bosquete precioso que adelantaba la noche en unas horas dada su frondosidad. Siguiendo sus indicaciones me llevó justo a la entrada de la Albergaria. Un edificio principal y algunos auxiliares. Unos caballos en un cercado y un enorme Samoyedo que perezosamente abandonaba el porche donde sesteaba para venir a recibirme. No había gente pero sí un solo coche aparcado, con lo que aparco al lado. Detrás del perro enseguida una niña con el típico Ciao italiano que para ellos es válido para la bienvenida como para la despedida. Le hablo en español preguntando por la pernocta y es ella la que me inquiere a mí.
.- Do you speak English?, Because I don’t speak very well your españolo, but my mother speak a little bit españolo...
Y ya en su italiano y a voces desde el porche va entrando en la casa para avisarla.
.- Mamma, un uomo spagnolo con una macchina molto bella ..!!!!!
Entre el inglés de la niña y el poquito de español de la madre, vengo a entender que es una granja escuela que no tendrá actividad hasta dentro de unos días. Que aunque el anuncio ponga cama es un standard para todos y que unos tienen y otros no. Su albergaria no. Pero que si me parece puedo acampar en su prado aunque no cree que llegue el cable de corriente. Y lo que es mejor, gratis todo, pues cuando le pregunto el precio, por toda contestación me dice que soy bienvenido. Bonita manera de entrar en Italia.
Al poco ya estaba instalado y empezando a prepararme una cena ligera. Llega el que era su padre – de unos setenta años- y se interesa por la aventura. No hablaba inglés ni el poquito de español de su hija pero es sabido de la facilidad que tenemos españoles e italianos para entendernos. Al poco se va y vuelve con un magnífico plato de jamón y una botella de vino y que tanto uno como otro me dice, lo hacen en la finca. Las instalaciones de los cerdos no llegué a verlas, pero sí los viñedos que rodeaban la granja escuela. Quiero pensar que a los críos que acudan aquí no les dirán nada del origen del rico jamón que me estaba cenando. Cuando estaba empezando a comer vuelve a acercarse otra vez. Esta vez con un pan recién horneado.
.-También hecho aquí, supongo . Le pregunto. Y con una sonora exclamación levantando sus brazos y una sonrisa en su cara, exclama;
.-Certo amico. Quasi tutto esce dalla nostra terra !!!
Le invité a un capuchino al acabar, ya que no quería cenar conmigo. No hubo forma tampoco de que se dejara hacer una foto. Coqueto y presumido me indicaba que era vecchio e mal organizzato per l'occasione . Le entendí perfectamente; que con aquellas pintas de granjero, no!
Dormí en mi tienda rodeado de los caballos y los perros. Naturaleza y buena gente. Lo dicho; Qué buena entrada en Italia!
Ya les había dicho al padre y a la hija que yo me iría muy temprano y que no quería molestar. Por eso me indicaron como se abría la cancela y que la dejara igual. Así lo hice a las 07,30 hr. Cuando abandone la Albergaria, no sin antes dejarles en su porche una lata de fabada con una nota de agradecimiento.


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