DIA 18
POR FIN MOSCÚ POR LA PROA
Las obras continúan a cada poco. La carretera sigue en mal estado y
en manos/ruedas de los grandes Truck-TIR. Aún no habiendo arcén se
meten en la especie de grava o tierra y siguen fieles a sus maniobras. A
la fuerza tienen que tener un código no escrito para saber cómo actuar y
cuándo y que no se accidenten y mueran de cien en cien todos los días.
He visto maniobras increíbles.
Esta zona está llena de gentes en sus bordes, para añadirle más
emoción al asunto, con vendedores en los improvisados puestos. Entre
ellos las vendedoras del té. Mi curiosidad no lo pudo evitar y aparqué,
para como fuera, enterarme. Pues había veces de ser 10 o 15 las
vendedoras delante de una humeante vasija de metal al estilo de las que
vi en Turquía, que con ligeras astillas cebadas por arriba, mantenían
cuatro o seis litros de agua caliente. Un grifito deja salir el agua que se necesita y ellas hacen el té con las diversas hierbas que tienen.
Todo esto me lo explicaba entre risas y sonrojos una cría de no más de
14 años con unos ojos verdes preciosos. Cuando le pedí permiso para
hacerle una foto, asiente. Pero me señala el vaso de plástico, la
hierba, hace el gesto del money con los dedos… Le enseño las monedas
rusas que tenía de algún cambio, y de mi palma abierta coge unas pocas.
Yo le hago ver que no quiero el té pero sí hacerle unas fotos. Se ríe y
casi que posa para el iphone. Si llego a sacar la Nikon estoy allí media
hora de sesión fotográfica. Ni que decir tiene que le dí todas las
demás monedas ante sus atónitos, bonitos ojos. El expasiba, expasiba me iba persiguiendo de la que me volvía a la Cirila.
Las vendedoras de té
La entrada a Moscú es de quitarte el hipo. Se recorta a lo lejos y
ya impresiona. Grandes autopistas con cuatro y seis carriles. El Sygic
se estaba portando y me llevaba bien al camping Sokolniki, pero desde
que entré en Polonia la opción de los metros, del giro,la división de
pantalla, etc no va. Yo creo que estos eslovacos se la tienen jurada a
los que “navegamos por estas aguas” tan comunistas y tan pro-rusas
ellas. Así que tengo que ir despacio casi que intuyendo el giro. Una
equivocación – me pasó al salir de S.Petersburgo- y supone a veces más
de 20 minutos volver al punto anterior.
Al final y casi tras hora y media entrando a Moscú, llegamos al
camping. Todo lleno de seguidores del fútbol con sus autocaravanas
decoradas con las banderas de sus equipos . Polonia, Belgica,
Alemania,Italia, Francia… toda Europa estaba allí representada. En la
recepción había más de ocho personas esperando y no todos para el
check-in. Cuando me toca mi turno me pregunta en un malísimo inglés más o
menos como el mío, que si en ese little car voy a dormir (lo tenia a la
vista desde la zona de recepción) Le explico que dentro está la tienda y
que es muy muy pequeña. Que si no hay sitio me apaño dentro del coche.
De mala gana sale de su poltrona parapetado tras el mostrador y muy
autoritario, parece que que le dice al chico que tome el mando.
.- Follow me, Ispagniol
La verdad no me gustó mucho. Quise templar gaitas mientras íba
buscando el sitio donde encajarme y le chapurreé que no estaba allí por
el fubbol, ni caso. No me contestó. Apareció al fin una estrechísima
plaza para la Cirila y para mí. Apenas cogería la tienda y de instalarla
iría sobre celosía de cemento con tierra y no sobre césped. En fin, es
Moscú. Es el mundial. Es lo que hay…
Pero la cosa se complicó. Cuando voy con el pasaporte a registrarme lo mira y remira y de mal modo me dice que niet.
Que no me instale, que me vaya del camping…out, out…. Ante mi negativa y
desesperación le pregunto que porqué y me dice que no puede registrarme
porque ha pasado un dia más de los tres que tenemos los turistas para
registro. Me pregunta que donde dormí la noche anterior y le digo que en
un hotelito de carretera. Cuál? Cómo se llama? ¿ registro?...no
recuerdo el nombre le digo ( y ni factura ni ticket ni nada de ese
hotel, claro). Y la noche anterior? En el camping de San Petersburgo, en
el Tympani Park.
.- It’s imposible, no true. Y se iba enfadando más y yo agobiándome poco a poco.
Le digo que espere que voy al coche a por el ticket del camping. Me
contesta que no quiere ticket, que le estoy mintiendo y que es un
problema de inmigración. Que espere allí, que no instale nada.Y entre
medias oigo police e inmigración por el tlf con el que habla.
En un vehículo normal, sin distintivos, que estaba a no más de cien
metros, estaban apostados –no se movieron de allí y se iban turnando en
los días que estuve- estaba la policía. Al poco dos de ellos grandes
como armarios de tres cuerpos, tenían mi pasaporte en la mano y el
ticket del camping de S.Petersburgo. Lo hojeaban con detenimiento. El
del camping se desentendió de mí y con un rotundo y fuerte ruso, se
dedicó a hablar con ellos. Los polis me acompañaron a la Cirila. Entre
ella y el ticket del camping parece que se ablandaron. No hablaban
inglés. Que me subiera al coche y que esperara. Un coche de la policía,
éste con la sirena, los rótulos y todo lo que lleva un coche de policía,
llegó a los cinco minutos. Que les siguiera. Me llevarían a la oficina
de inmigración.
Por Moscú detras de la Policia, sin sirena...menos mal
Por lo que se ve incumplí la norma de los tres días de estancia sin
registrame en el ultimo hotel o camping. Yo tenía por buenos los 7 dias
antes de “fichar” nuevamente en el lugar de la pernocta y dentro de los
30 dias de mi visado. Pero en inmigración ya me sacaron de dudas y
también la embajada de España en Moscú a la que visto lo visto y desde
la oficina de inmigración llamaron y hablaron, en ruso entre ellos
claro, del tema. Con motivo del jodido futbol y mientras el mundial
durara, se limitaba a tres días. Resumiendo que yo llevaba 24 horas de
ilegal. Debería pagar una multa en un banco ruso con el documento que
ellos me entregaban y solo así podría alojarme en camping u hotel sin
que éstos tuvieran problemas por no estar debidamente registrado. Muy
amable el hombre se encargó de llamar al camping, y poner sobre aviso al
funcionario del Sokolniki (pues es un camping del ayuntamiento de Moscu
y por tanto sus empleados funcionarios. Dudo mucho que un impresentable
gerente como el que tienen, durara más de quince días en la empresa
privada)
Cuando bajé de la oficina de inmigración, el coche y sus policías
ya no estaban.Yo iluso de mí, creí que me esperarían para guiarme otra
vez al camping a 8 o diez kilómetros. Así que a pelearme otra vez con el
Sygic para encontrarlo.
Entre una cosa y otra ya habían pasado dos horas y yo no las tenía
todas conmigo de que el tipo del camping me dejara acampar. Al llegar al
fin, el hombre con muy mala cara y en un medio ruso medio ingles y
haciendo el gesto del tlf con la mano, parecía que me indicaba que no le
había gustado nada que le hubieran llamado desde la oficina de
inmigración.
Me preparé algo de cena por no meterme a dormir con el estómago
vacío y para mi sorpresa había a las 22,15 h silencio total en el
camping. Los dos policías “apatrullaban” por entre las caravanas.
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