domingo, 1 de julio de 2018

DIA 19 /20 TRATANDO DE METER LA CIRILA EN LA PLAZA ROJA

DIA 19 -20 TRATANDO DE METER LA CIRILA EN LA PLAZA ROJA
El camping un desastre. Una vez instalado en una plaza en la que la popa de la Cirila quedaba a treinta centímetros de la entrada a la minúscula tienda, voy a los baños. Quise ducharme pero fue imposible. No había luz, con lo que no podías ver nada. En el lavabo agua fría por supuesto y suciedad por todas partes. Las papeleras a rebosar de basura y con bolsas en el suelo. Lo intentaré mañana pensaba yo. Pero casi que fue peor. Hasta el punto de encontrarme una defecación en el plato de la ducha. Total que acabé por aclararme un poco y lavarme como tengo entendido que se lavan los gatos. Al pasar con mi neceser y toalla al cuello delante de la recepción, el marecumbé que tenían allí montado era de escándalo. Imagino que en ruso, en inglés y jurando en arameo, todo el mundo protestaría. Es Moscú, es el mundial de “furbo”, somos así los humanos.¡ Qué le vamos a hacer!

                          Ejemplo de soliradidad. Empujando al tranvia que se quedo sin corriente

Y por fin la Cirila y yo llegamos a los aledaños de la plaza roja. Hace un día espléndido de 28 grados a las diez de la mañana. Se ven grupos de gente al igual que en san Petersburgo, con los colores y camisetas de sus equipos. Me doy una vuelta de reconocimiento y ya me queda claro que no voy a poder meter la Cirila en la plaza a no ser que volara como aquel Mathias Rust que aterrizo una Cesna de alquiler en el 87 burlando toda clase de controles. No estoy tan loco.
Todo acordonado. Policías por todos lados. Entonces al parking de cabeza y andando a la  red square.
Tienen más de veinte arcos de seguridad con los consiguientes guardias para que enseñes tus bolsos, mochilas etc. Tipo aeropuerto. Aún a pesar de tantos puestos, hay cola en todos ellos. Me toca mi turno y al inspeccionarme la mochila, el poli, muy jovencito y muy amable ve la botella de sidra de La Llosa. Me pide que la saque. El no tocaba nada. Se va directo a la etiqueta y me señala con su dedo enguantado; alcohol, no entry
         Mucha vaya, mucha, mucha policia ....  todo acordonado. Imposible con la Cirilator
Está claro que no voy a poder escanciar dentro de la plaza….. Puñetero “furbo” ¡!! . Vuelvo sobre mis pasos  y busco el mejor ángulo para mi pequeño video. Una vez que lo tengo descorcho la botella y espero … a oír español. No quería que mi chapucero inglés estropeara la situación. La oportunidad la tuve enseguida con un grupo de mejicanos. Muy amables se brindaron con mi tlfno a hacerme el vídeo. Lo que son las cosas, el que me lo hacía me dice que está deseando conocer España. Que su abuelo era de un pueblo en la costa, cerca de otro que se llama Llanes pero que no recuerda el nombre. Le voy nombrando unos cuantos y cuando llego a Vidiago, exclama; sí!!! a la puerta ¡!!! Es que hay dos amigo, Vidiago y Puertas de Vidiago, pero ahora atento al vídeo. Lo quiero casi y asá. Y el chico muy obediente y amable me hace dos porque el primero no le gustó. Y allí me tenéis echando un culin de sidra con la plaza roja, los minaretes y toda la pesca detrás. Estaba caliente pero aún así, junto con otro culin hace muchos años en Nord Kap, fue de los más emocionantes de mi vida. La almiranta sabe bien porqué.
Dejé la botella vacía, que no bebida, pues aunque les ofrecí a los mejicanos, éstos iban con prisa. Y la vacíe para poder pasar a la plaza . Procuré entrar y lo conseguí por el mismo arco donde me echaron atrás y el poli al verla vacía la cogió e hizo intención de echarla a un contenedor con vidrios… ¡¡¡quieto parao amigo ¡!!. Está vacía por tanto podrá entrar. Y ésta se viene conmigo junto con el vaso, para Asturias de vuelta. Vasos, en plural, porque en previsión me traje dos que primorosamente embalados por mi mujer, han venido en la capota. Para los Dyaneros sabéis que hay un espacio entre la varilla y varilla de la capota en su parte interna claro. Pues bien enrollados en un papel especial aguantaron todo el viaje y espero que aguanten el de vuelta. La botella vacía en la sentina de popa -.
Cambié gorra picona de Asturias por la visera del Gijón/Moscú y me dediqué al turisteo por el mismísimo centro de Moscú, tomado como vengo diciendo por los hooligans. Una de las calles preciosamente adornada estaba de bote en bote. Eran las dos y media de la tarde y no se podía caminar casi. A cada poco corros con aficionados con sus cánticos y agitando sus enseñas y banderolas. Repleto de tiendas de souvenirs haciendo su agosto en el mes de junio y vendiendo matriuskas por millones como las que ineludiblemente he comprado yo.
Abruma Moscú. Agota Moscú. Cuando yo planeaba esta “travesía” maldito si caí en la cuenta del mundial de futbol. Ya dejé dicho,creo, que no tengo ni idea ni me ha gustado nunca. No entré en un campo de futbol en mi vida, salvo para ver un concierto de Ana Belen y Victor Manuel en el Molinón hace cien años y hace otros cien por hacer un favor y porque necesitaban a uno para el onceavo jugador – porque son once, no? – en un partidillo entre solteros y casados en un pueblecito del occidente de Asturias. Mis diez minutos en el campo se redujeron a dos patadas que le di al balón cuando éste, no se porqué, se acercó a mí. Y a la rotura de un dedo del pie por el pisotón de un soltero que llevaba zapatillas de tacos. Semiprofesional, claro. Así que con estos mimbres mal cesto hago yo para esto del “furbo”.
Recogí a mi Cirila y con la emoción todavía en el cuerpo, volví para el camping.
Y es que si uno se lo propone y tiene confianza en los medios de los que dispone y en los amigos que le rodean, todo o casi todo se consigue. Mención especial aquí y no me duelen prendas y dejarlo negro sobre blanco, a mi Almiranta, a mi mujer. Elba me ha animado siempre desde que nos conocimos hace ya muchas mareas, a no cerrar esta ventana que uno tiene siempre abierta a los cuatro puntos cardinales. A entender desde siempre que no va conmigo el plan del jubilado. Que sería incapaz de consumirme poco a poco sin dar guerra y dándole pan a las palomas de cualquier parque. Y es que siempre ha de haber una parte nueva que explorar. Una aventura por iniciar, un plan que llevar a cabo. Porque mientras haya planes uno se mantendrá joven al menos de espíritu. Y ella que es el faro que me ha guiado todos estos años juntos, lo sabe bien y firma esos pases-avante que me prodiga. Yo solo puedo corresponder queriéndola más, si cabe.
Cuatro y digo bien, cuatro policías se paseaban por el camping al llegar ya de noche. Al menos aunque sucio y destartalado dormimos con seguridad y cierto silencio. Me metí en el saco tratando de poner en orden tantas y tantas emociones. Tantas y tantas situaciones vividas. Eran las 22,30h. Estaba agotado

No hay comentarios:

Publicar un comentario