lunes, 11 de febrero de 2019


DÍA 34 . MÁS ESPAÑA Y NUEVOS AMIGOS




A la mañana siguiente Tito ya estaba en el mostrador como un cliente más con su café cortado. Abusando de él como fiador, le pregunté si podía desayunar antes de ir al banco
- No tienes que preocuparte. Si te pasa como a mí que hasta que no me tomo un par de cafés por la mañana, no soy paisano, lo entiendo. Y además que con que me pagues la habitación ya voy servido. Al resto estás invitado. Te espero aquí y en cuanto llegues te acompaño a la gasolinera.
Habíamos quedado en la charla de ayer que me acompañaría a una gasolinera a poco más de un kilómetro por detrás del hotel. Era el mas barato y si me quedaba tirado iríamos en su coche con la garrafa de respeto pues ya le había dicho que estaría a punto de quedarme seco.
En la sucursal de mi banco y con mi pasaporte – menos mal – no tuvieron ningun problema en darme dinero en efectivo . Lo primero que hice fue comprarme un pantalón corto y un cinturón, pues iba con las manos en los bolsillos tirando del vaquero hacia arriba y pasando calor para que no se me cayera. Ya en el hotel liquidé la habitación y con Tito a mi proa nos llegamos a la gasolinera. Fue un alivio poder decirle al chico – una de esas pocas gasolineras que quedan en las que sale un chico a atender el surtidor- lo de “lleno por favor”. El deposito del Dyane-6 según las especificaciones de su catálogo dice que tiene una capacidad de 25 litros. Pues bien, llevo 24,700 ltr. Es decir, quedaban dentro menos de los 330 cl que lleva una lata de cerveza !!! Qué buena es y qué bien se porta conmigo que es capaz de calcular hasta la última gota para no complicarme más este aciago fin de etapa .
Allí nos despedimos Tito y yo con la satisfacción del encuentro en tan dispar circunstancia de dos asturianos. Los dos deseando volver a casa.
Puse proa a Gerona. No había puente o vallado significativo donde no hubieran puesto los lazos amarillos, las pintadas, los grafittis y slogans en catalán de los independentistas. Y no es éste el lugar ni me toca aquí juzgar nada, pero si podré decir que en cuanto a la estética y el civismo, deja el asunto “amarillo” mucho que desear.
Pasado Gerona llamé a mi amigo Helio, de Monzón y tenía decidido que si estaba por el pueblo, haría la ruta alta para visitarlo. Y así fue. Estaba y me gestionó la pernocta en un hotel donde aloja a algunos de sus trabajadores y me arregló con el dueño un buen precio

                                                                          


 FIJAROS EN EL FOCO DE BABOR

Estaba en la terraza escribiendo mis notas cuando un vozarrón desde la esquina me pregunta algo así como….”Moscú queda muy lejos señor ….?” . Reímos y contamos entre los tres, pues venía acompañado de Yolanda, su mujer. Bellísima y aficionada también a los clásicos.
Nos hicimos las fotos de rigor con la Cirila, en el parking. Allí me preguntó por la moldura del foco de babor. Le comenté que se me habría quedado en algún lugar de las infames carreteras de Ucrania.
Los dos trabajaban temprano con lo que sabiendo que si cenábamos juntos se alargaría mucho la sobremesa, nos despedimos. No sin antes cerrar fechas para su visita a Asturias en el próximo año.
La habitación daba a un jardin pequeño y coqueto con algún parterre y un aligustre en el centro de generosa copa. Mientras leía y repasaba mis notas medio centenar de gorriones acudían a él dispuestos a pasar la noche. Me trajeron a la mente el recuerdo de los míos. Faltaba muy poco para asistir a la misma escena en el jardín de mi casa. No cabe duda. Ya estaba muy cerca.


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